BACALAO «ESTILO PORTUGUÉS»

¡GUARDA ESTA RECETA PARA DIAS FESTIVOS! se trata de una adaptación «Kiyoshi» del bacalao a las natas y el bacalao espiritual portugués.

Te va alucinar la mezcla de texturas, la cremosidad de la bechamel con el bacalao y el crujiente de las patatas paja.

¡DE-RE-PE-TIR!

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Dificultad

 3/5

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PREPARACIÓN

Previamente habremos desalado el bacalao al menos 24 horas antes (cambiando el agua cada 12 horas y reservando en el frigorífico)
Escurrimos el bacalao y reservamos.
Ponemos a hervir la leche, cuando esté caliente añadimos el bacalao y dejamos cocer 5 minutos a fuego suave.
Cuando esté, escurrimos, desmenuzamos el bacalao y reservamos.

¿Cómo se hacen? pues bien fácil, solo necesitamos una mandolina:

Con ella, partimos las patatas en rodajas finas y después en tiras con un cuchillo.

Calentamos abundante aceite de girasol en una sartén y freímos en tandas las patatas para lograr una textura crujiente.
Salamos una vez fritas.

Retiramos un poco de aceite y en el mismo aceite y sartén de las patatas, pochamos la cebolla con un poco de sal a fuego medio y reservamos.

En una cazuela o sartén, echamos una cucharada de mantequilla y 2-3 cucharadas del aceite de freir las patatas y la cebolla y tostamos la harina en él.

Cuando se haya tostado ligeramente, comenzamos a añadir la leche caliente y vamos haciendo una bechamel ligera.
Cuando vaya cogiendo cuerpo añadimos la pimienta y sal, removemos y añadimos la leche evaporada.
Terminamos de hacer la bechamel hasta lograr una textura ligera (ojo! no espesa de croquetas)

Y finalmente incorporamos la cebolla pochada.
Integramos bien todos los ingredientes y lo echamos en una fuente apta para horno.

Gratinamos hasta que quede una costra dorada y crujiente.
Finalmente servimos decorando con unas aceitunas negras, que parece una tontería, pero le da un puntazo increíble al plato.

¡YA NOS LO DIRÁS!